domingo, 24 de agosto de 2008

prefacio (20 de julio)


Hemos quedado con Roberto para pasar noche en el albergue que está en el alto del Somport, el albergue Aysa, para poder empezar al día siguiente de buena mañana el Camino hacia Santiago. Tras comer en Arguis con la familia, disfrutando de un día de excelente sol, Ana me sube con la bicicleta desmontada en el maletero del coche. En la frontera hay niebla, que lo empapa todo. Tomamos un refresco mientras esperamos a Roberto. Vemos en el albergue las primeras muestras de que nos encontramos en el Camino: libro de firmas, pequeños recuerdos a la venta (sobre todo, las conchas y las flechas amarillas) y multitud de recortes antiguos de prensa...

sábado, 23 de agosto de 2008

Somport-Ruesta (21 de julio)



Km.: 90.01 km.
Hora salida: 8:30 h.
Hora llegada: 19:00 h.
Tiempo pedaleo: 6:06 h.


Jorge y Susana han llegado pronto al Somport, junto con Álex. Más tarde ha llegado Raúl con dos amigos. Hemos esperado hasta las 8:30 h. pero no había nadie en el albergue Aysa y hemos tenido que sellar por primera vez en Candanchú. Había niebla y hemos pasado frío hasta ya Villanúa. Hemos almorzado enfrente de la catedral de Jaca unas tostadas con mantequilla y mermelada.
Hemos continuado hasta Puente la Reina, con vientecillo en contra que nos aliviaba del calor. No hemos entrado en Arrés, por encontrarse en un alto que alargaba la ruta. Al llegar a Martes hemos tenido un pequeño despiste hasta que hemos reencontrado el camino.
Hemos continuado hasta Artieda con la intención de tomar un bocadillo. Hemos adelantado al "holandés", que tan apenas podía mover sus rollizar piernas rosas. Tras numerosas pendientes hemos podido comer un bocata y una cerveza en Artieda. Hemos estado plácidamente sentados a la sombra hasta las 17:30 h., hora en que hemos recomenzado la marcha.
Durante varios kilómetros, hemos pasado por un "pasadizo" de hierbas y matorrales, con mucha laja y piedra gorda, que hacía que, en ocasiones, tuviéramos que desmontar de la bici.
Por fin, hemos llegado a Ruesta, donde los seis compartimos habitación.

(Como comprobaréis en todas las fotos, la fecha de la cámara no coincide por un día con la fecha real. No me di cuenta de este detalle en todo el viaje)
Podéis acceder a todas las fotos del día en el siguiente enlace: fotos 21 de julio.

viernes, 22 de agosto de 2008

Ruesta-Obanos (22 de julio)




Km.: 83,01 km.

Hora salida: 8:00 h.

Hora llegada: 19:30 h.

Tiempo pedaleo: 7:03 h.



¿Habrá alguna etapa más dura en el Camino? ¿O es el primer día real de Camino?
Tras salir de Ruesta y una pequeña bajada, 6 km. de dura subida por pista; en Undués de Lerda hemos parado a almorzar el pic-nic (naranja, melocotón, bollos y zumo). Después hemos llaneado hasta llegar a Sangüesa.
Los siguientes 17, 80 km., pasando por Rocaforte y dejando a un lado la papelera hasta llegar a Izco, han roto el día y nos han resultado especialmente duros, tanto por el rompepiernas como por el mal estado de la senda en muchas partes. Además, no hemos podido comer en Izco, por haber llegado de buena hora, pues no hay más que un albergue que sólo da cenas y alojamiento.
Quedaban 10 km. hasta Monreal y hemos ido por carretera, para llegar al hostal Unzue donde hemos comido unos buenos bocadillos.
A las 17:15 h. salimos de Monreal y nos partimos en dos grupos, Roberto y yo, que continuamos por el camino, y el resto que deciden ir por carretera. Quedamos en Tiebas (13,10 km.)
Antes de Ezperun (km. 7,48) Roberto decide tomar la carretera.
Continúo solo hasta Tiebas, sufriendo muchísimo por una senda que es una auténtica montaña rusa. Mi idea era terminar en Tiebas. Jorge y el resto llevan bastante tiempo esperándome y desaconsejan el albergue.
Me parece justo seguir por carretera hasta Obanos. Han acertado: un buen menú y un acogedor albergue. Hoy por la noche se representa "El misterio de Obanos".
Espero que, a partir de ahora, el Camino no sea tan duro y todos podamos disfrutar con él.

jueves, 21 de agosto de 2008

Obanos-Logroño (23 de julio)



Km.: 80,10 km.

Hora salida: 8:00 h.

Hora llegada: 17:15 h.

Tiempo pedaleo: 5:51 h.


Salimos todos juntos hasta Lorca, donde desayunamos en Embutidos Izcue. Allí soy el único que continuará por el camino; el resto toman la carretera.
Solo voy a mi ritmo y sin paradas, avanzando con calor, duros repechos, pero con continuidad. Paro a reponer fuerzas en la fuente después de Villamayor de Monjardín (pistachos y barritas).
Comienzan largos caminos entre trigales. Llego pronto a Los Arcos y continúo hasta Torres del Río, donde como un bocata de jamón y queso, y una 0.0.
Llegan el resto más tarde.
Un café con hielo y algo de descanso y continúo por un duro camino a las 15:15 h. con un sol de justicia. Dejo el camino en la ermita de la Virgen del Poyo y lo retomo tras las difíciles bajadas de barrancos (no me quiero arriesgar a caerme porque voy solo y con un radio roto de la rueda trasera), en total, unos 3 km.
Continúo el Camino, durísimo, a tramos; entro en Viana, que celebra fiestas.
Llego a Logroño a las 16:30 h. y encuentro un taller donde me arreglan la bici en 30 minutos (10 euros y 5 de propina).
Sólo quedan cinco plazas en al albergue municipal y nos vamos los seis juntos al pabellón de San Francisco, donde un sevillano dicharachero ejercita su voluntariado. Cenamos 3 tapas en Laurel.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Logroño-Belorado (24 de julio)



Km.: 16,75 km.
Hora salida: 7:00 h.
Hora llegada: 13:45 h.
Tiempo pedaleo: 5:24 h.

Raúl ha abandonado, aquejado de tendinitis.
Salimos juntos Roberto y yo. Ascendemos con fresco por el parque de la Grajera. Noto calor y me extraña, puesto que son las 7 de la mañana. Roberto va con problemas y decidimos parar en la farmacia de Nájera y, de paso, almorzar. Son constantes sube-baja.
A partir de Nájera, noto que las piernas no me andan. ¡Mi primer pájara del Camino! Además, las tripas me corren sin cesar. Tengo suerte porque voy acompañado de Roberto y sugiere parar en Santo Domingo de la Calzada, donde repongo fuerzas con zumo y donuts. Es lo mismo. Sufro desde Sto. Domingo a Belorado (22,87 km.) lo increíble. Bebo sin cesar pero no me recupero. El perfil no ayuda pues son constantes desniveles, no muy duros pero a mí me lo parecen.
Llego exhausto a Belorado, donde se obra el milagro: albergue por 5 euros con Internet, duchas de "teléfono", menú sin horario, helados y, ¡pásmense!, ¡piscina!
Nos duchamos raudos y comemos paella, carne, fruta y helados. Después de una buena siesta, descarga de fotos en Internet y cervecita en la piscina.
Al fin, bajamos andando al pueblo y cenamos también de menú. Espero que este lujo me recupere.
Susana, Jorge y Álex llegan a la tarde.

martes, 19 de agosto de 2008

Belorado-Hornillos del Camino



Km.: 72,78 km.
Hora salida: 7:15 h.
Hora llegada: 13:30 h.
Tiempo pedaleo: 4:56 h.

La recuperación se ha obrado. La tarde libre, la comida y la cena logran que me encuentre fenomenal para empezar la etapa. Además, voy con Roberto, que, definitivamente, seguirá el camino.
Hace fresco mientras ascendemos el puerto de La Pedraja, pero la recompensa es una serie de pistas rápidas entre pinos hasta llegar a San Juan de Ortega. Otra vez toca subir hacia el alto de Matagrande, pasado Atapuerca, donde encontramos un sofá desvencijado en el alto, como invitación al descanso tras el ascenso.
La entrada a Burgos no es excesivamente complicada por una vía de servicio que da bastantes rodeos. Paramos a almorzar en un bar de barrio, para llegar tranquilamente al centro donde hacemos la fotos de rigor con la estatua del pergrino y la catedral como fondo.
La salida de Burgos es sencilla y rápida, y nos adentramos en un mar de trigo por polvorientos caminos hasta Hornillos del Camino, absurdo pueblo fantasma. Ana, la hospitalera, pone reticencias a darnos plaza, puesto que venimos en bici. La convencemos con los kilómetros recorridos y las horas montadas.
Habilitan una parte del ayuntamiento para acoger a otros peregrinos, también. Desarmamos las bicis y las candamos completas, puesto que se celebran fiestas en el pueblo y no es la primera vez que algún gamberro gasta alguna broma pesada.
Nos vamos a dormir con la idea de salir a las 6:00 h. para evitar alguna tontería de borracho.

lunes, 18 de agosto de 2008

Hornillos-Calzadilla de la Cueza (26 de julio)



Km.: 82,79 km.

Hora salida: 6:15 h.

Hora llegada: 13:00 h.

Tiempo pedaleo: 4:37 h.


Totalmente a oscuras golpeamos la puerta del bar Manolo a las 6:00 h. donde Hortensia nos da las llaves para sacar las bicis. Varios jóvenes borrachos se tambalean en la calle: "Con dos cojones"... "Bebe, Gerar, o te hostio"... son algunos de los comentarios.
Tras campos polvorientos y tras pasar por Hontanas, donde hay multitud de conejos, llegamos a Castrojeriz. Nos ha entretenido el primer pinchazo de Roberto en el camino.
Encaramos la durísima y exigente cuesta de Castrojeriz, pero avanzamos ya rápidamente hacia Frómista, donde almorzamos y, después, visitamos la iglesia de San Martín.
Seguimos avanzando rápidamente por buenos caminos hasta llegar a Carrión de los Condes, donde paramos en Talleres Juanito para cambiar la cubierta de atrás de Roberto e hinchar las ruedas.
Los 17 km. hasta Calzadilla de la Cueza es una recta interminable por un camino pedregoso. Llegamos al albergue y el recibimiento no es muy halagüeño: un brasileño, llamado Sandi, nos dice que no hay sitio; después que en las litera de arriba; por último, nos da una litera a los dos "normal", puesto que la primer planta del albergue está prácticamente vacía. Aprovechamos para comer bien en el hostal, del mismo dueño (César) y bañarnos en la piscina. También hacemos una pequeña colada.
Cenamos frugalmente: gazpacho y tortilla.

domingo, 17 de agosto de 2008

Calzadilla-Villandangos del Páramo (27 de julio)



Km.: 103,54 km.

Hora salida: 6:15 h.

Hora llegada: 13:45 h.

Tiempo pedaleo: 5:42 h.


Salimos con prudencia puesto que todavía no ha amanecido y no se ve casi. Coloco la luz intermitente en la parte de atrás de la bicicleta y entramos y salimos de la nacional al andadero paralelo a ella. No hay tan apenas circulación y la mañana está bastante fresca.
Dudamos al coger la bifurcación del camino y hemos de retroceder para tomar el Real Camino Frances, camino paralelo al que corre una senda que han rellenado con arena blanca. En Sahagún nos armamos un poco de lío para salir, vemos todavía grupos de trasnochadores. Por fin, salimos por el puente romano.
Continuamos hacia Mansilla de las Mulas por una carretera aburrida paralela a la que corre un desafortunado camino blanco.
Tras atravesar Mansilla, compramos cerezas en un puesto ambulante, con la idea de comerlas en León. Eso hacemos tras visitar la catedral.
Me equivoco en la salida de León. Hace calor y viento. El polígono industrial está cortado pues hay carreras de coches. Debemos rodearlo.
Entramos y salimos de la carretera hasta que llegamos a Villandangos del Páramo, en cuyo albergue nos quedaremos. Sin duchar, nos vamos a comer. Están en fiestas y por la tarde hay bailes regionales.

sábado, 16 de agosto de 2008

Villandangos-Ponferrada (28 de julio)



Km.: 89,69 km.

Hora salida: 7:15 h.

Hora llegada: 17:00 h.

Tiempo pedaleo: 6:01 h.


Salimos más tarde de lo habitual. Llegamos pronto a Hospital de Órbigo, donde vuelvo a perderme por los caminos. Preguntamos a unos labradores y pronto nos situamos en Villares de Órbigo. Vamos subiendo poco a poco hasta llegar a Astorga. Vemos la catedral, el Palacio Episcopal de Dalí, la calle de los Panero; desayunamos un misérrimo cortado con dos madalenas Martínez y nos demoramos viendo la muralla romana.
A partir de este momento, comienza un ascenso ininterrumpido azotado además por un fuerte viento en contra. Las bajadas que aparecen marcadas en la guía deben ser, incluso, pedaleadas para avanzar.
Por fin llegamos a Rabanal del Camino, desde donde empieza -o, mejor, continúa- la ascensión, pero ahora con más desnivel.
Nuestra idea era comer en Foncebadón, en la Taberna de Gaia, pero está cerrada, por lo que decidimos continuar. Yo estoy flojo de fuerzas, pues el almuerzo ha sido ridículo. Sigue haciendo mucho frío y aire, pese al buen día.
Coronamos la Cruz de Ferro y, con el impermeable puesto, continuamos un vertiginoso descenso hasta Molinaseca. Allí comemos y dormimos una hora a la sombra, al lado del río, que está acondicionado como piscina.
Nos levantamos y continuamos hasta Ponferrada donde nos alojaremos en el albergue del Carmen (donativo). Decidimos hacernos una cena nutritiva para encarar la etapa "reina" del camino: O Cebreiro.

viernes, 15 de agosto de 2008

Ponferrada-Triacastela (29 de julio)



Km.: 85,69 km.

Hora salida: 6:45 h.

Hora llegada: 17:00 h.

Tiempo pedaleo: 6:15 h.


Me levanto nervioso ante la "etapa reina": el puerto de O Cebreiro, por el camino, se erige como la máxima dificultad de este viaje. Roberto tiene claro que hará una pequeña variante (el destino y las equivocaciones harán que también tenga que hacer parte del tramo más duro por el camino).
Pasamos Villafranca del Bierzo con frío y continuamos por el andén paralelo a la nacional pasando mucho frío. Decidimos parar en Vega de Valcarce (área de descanso) a tomar un café con leche y unos churros, puesto que tenemos los pies y manos helados.
Después encaramos el puerto. Nos parece muy suave. Preguntamos y constatamos nuestro error: retrocedemos hasta Herrerías para hacer la parte dura, Roberto por carretera y yo por el camino.
He de empujar la bici más de un kilómetro hasta A Faba. A partir de allí, sin apenas desmontar, 5 km. de tope: plato pequeño y piñón grande. La recompensa son unos paisajes preciosos. Llego empapado pero feliz. Ha sido realmente duro, pero satisfactorio.
Nos confundimos en la bajada y nos "chupamos" unos 8 km. de más, con fuertes subidas. Comemos el alto do Poio: caldo gallego y carne guisada.
El descenso es fantástico, por preciosos caminos. Roberto pega un llantazo y pincha.
Llegamos al albergue de Triacastela cansados pero animados, además nos guardan la bici en un garaje.
Ciertamente los espaguetis de la noche anterior y el abundante agua han hecho de esta etapa algo asumible, con esfuerzo, pero asumible.

jueves, 14 de agosto de 2008

Triacastela-San Xiao do Camino (30 de julio)



Km.: 77,57 km.

Hora salida: 8:15 h.

Hora llegada: 17:00 h.

Tiempo pedaleo: 5:55 h.


Habíamos decidido salir a las 7:30 h. pero la hospitalera del albergue no llega. La llamamos y, por fin, salimos a las 8:15 h. A partir de este momento, un sube y baja continuo por preciosos senderos es la tónica.
En Samos nos detenemos a fotografiar el monasterio y una capilla prerrománica.
Pasamos Sarria y continuamos con un constante ascenso, en partes durísimo y con necesidad de desmontar de la bicicleta hasta un pueblo de tantos en el que empieza un descenso vertiginoso hacia Portomarín, donde el río Miño permite la vela de de pequeños navíos.
Tomamos un pequeño descanso (almendras con miel y barritas) y continuamos hacia Palas de Rei.
Los siguientes 12,19 km. hasta Hospital da Cruz se nos hacen duros: desniveles fortísimos, sin descanso... Paramos allí a comer (empanada gallega y pollo al ajillo con patatas de verdad).
Continuamos tras tomar café y el esperado descenso se convierte en una montaña rusa. Tras más de 5 horas y media pedaleando sólo pienso en la ducha, puesto que estoy reventado y me duelen las posaderas.
En Palas de Rey no hay sitio en el albergue. Llamamos al siguiente pueblo y nos guardan sitio en San Xiao do Camino, en el albergue O Abrigadoiro. Ducha, jarras y música en vivo. La hospitalera toca la guitarra para los peregrinos.

miércoles, 13 de agosto de 2008

San Xiao-Santiago de Compostela (31 de julio)


Km.: 70,08 km.

Hora salida: 7:15 h.

Hora llegada: 13:30 h.

Tiempo pedaleo: 5:35 h.


El albergue O Abrigadoiro resulta una agradable sorpresa: muy bien restaurado y con la hospitalera que toca la guitarra. Resulta ser profesora de música en Barcelona. La cena es común, a las 20:00 h.: caldo gallego, ensalada, carne, tortilla, helado y vino no malo.
Durante la cena hablamos con una pareja de chicas catalanas y con un padre y su hija de 16 años; todos ellos hacen el mínimo (100 km.) para obtener la Compostelana.
Salimos con el cielo encapotado pero sin lluvia. Estamos contentos, pese al cielo amenazante. Llegamos a Arzúa tras un agotador sube y baja. Paramos a almorzar un bocata y un café con leche.
Nada más salir, comienza un suave "calabobos" que se torna torrencial vendaval en A Peroxa, donde nos guarecemos para dejar que pase un poco la tormenta. No es así. Roberto, sin funda de lluvia para las alforjas, decide ir por carretera. Yo, el "talibán del Camino", decido continuar por el camino: quería lluvia y tengo lluvia, el día es perfecto. Adelanto a mucha gente, sobre todo joven.
Quedamos en Pedrouzo con Roberto, donde tomamos un café con leche y una caña de chocolate. Dejamos charco en el suelo, de lo chupidos que estamos. Vamos a afrontar el último tramo de 20 km. por el camino.
Al poco, deja de llover. El constante rompepiernas es desesperante pero, por fin, llegamos al monumento levantado en el Monte del Gozo. Yo voy totalmente sin frenos. El de atrás lleva varios días ya renqueando, pero hoy también falla el delantero. Me veo obligado a echar pie a tierra de vez en cuando para terminar de frenar en los cruces.
Por suerte, salen rayos de sol y nos vamos secando poco a poco (aunque los pies siguen estando calados)
No se me caen las lágrimas, ni entono el "¡Te deum!". Tan sólo siento la satisfacción de haber cumplido hasta el final un proyecto diseñado para hacer el Camino de Santiago, según está fijado de manera definitiva con las flechitas amarillas.
Sellamos en la Oficina del Peregrino y obtenemos la Compostela.
La vuelta la planeamos vertiginosamente: autobús a A Coruña y tren a las 18:00 h. hacia Zaragoza. Tenemos un pequeño problema con las bicis. Como siempre, se arregla con dinero: 100 euros por barba y la bici en la ducha de un departamento "coche-cama".
No obstante, estamos contentos: mañana viernes comeremos en casa.